Yucatán es una tierra de herencia viva. En su gente, su lengua, su gastronomía, sus paisajes y su cultura late la historia del pueblo maya. Actualmente, alrededor del 67% de las y los yucatecos se identifican con raíces mayas, ya sea por ascendencia, lengua o prácticas culturales. Esta presencia es significativa en términos poblacionales y en lo que representa para el presente y futuro del desarrollo regional.
Reconocer a las comunidades mayas es una oportunidad para construir un desarrollo incluyente, auténtico y sostenible. Integrarlas activamente en procesos económicos, sociales y culturales permite generar bienestar conjunto y fortalecer el tejido comunitario desde la identidad.
Preservar la cultura maya desde lo cotidiano

Uno de los pilares del fortalecimiento comunitario es la preservación de la lengua maya y de los saberes ancestrales. Muchos niños, niñas y jóvenes en comunidades rurales ya no aprenden la lengua en casa, por lo que realizar acciones que promuevan su enseñanza resulta fundamental para evitar su desplazamiento.
Organizar talleres de lengua maya, actividades de bordado, cocina tradicional, medicina herbolaria o música garantiza la transmisión intergeneracional de conocimientos y refuerza el sentido de pertenencia.
Un ejemplo inspirador es el trabajo del CECIDHY, que ha impulsado durante años proyectos educativos, culturales y de fortalecimiento lingüístico en comunidades del estado. Experiencias como estas demuestran la vitalidad de las comunidades mayas y su gran aporte al desarrollo.
Participación comunitaria para el bienestar local
Cuando se piensa en desarrollo comunitario, la clave está en escuchar. Fortalecer la participación de las y los habitantes de comunidades mayas en la toma de decisiones permite que los proyectos sociales y económicos respondan a sus necesidades reales.
Esto se logra a través de:
- El acompañamiento en proyectos autogestionados como festividades locales, manejo de recursos naturales o espacios comunitarios.
- El impulso a espacios de diálogo entre comunidad y autoridades para definir prioridades.
- El diseño de iniciativas conjuntas que promuevan la identidad local y el bienestar colectivo, como centros culturales, huertos comunitarios o programas de salud con enfoque intercultural.
Las soluciones surgen al sumar con respeto y voluntad, reconociendo las formas propias de organización y los saberes locales.
Turismo comunitario: cultura viva como motor económico
El turismo genera empleos, fortalece la identidad y dinamiza economías locales cuando se realiza desde la comunidad y para la comunidad.
Experiencias como las de la red Co’ox Mayab, conformada por cooperativas que ofrecen recorridos culturales, hospedaje en casas tradicionales, talleres y gastronomía típica, demuestran que los proyectos turísticos gestionados por las propias comunidades mayas pueden tener impacto económico y cultural, y dejar una huella significativa en quienes los visitan.
Impulsar este tipo de iniciativas —con apoyo técnico, promoción o alianzas— aporta al desarrollo regional con identidad.
Servicios que entienden el contexto
Muchas comunidades mayas enfrentan barreras al acceso pleno a servicios como salud, educación o justicia debido a diferencias culturales o lingüísticas. Avanzar hacia una mayor pertinencia cultural en la prestación de estos servicios ayuda a cerrar brechas y mejora el bienestar cotidiano.
Algunas acciones posibles son:
- Incorporar materiales informativos en lengua maya en escuelas, centros de salud y espacios públicos.
- Contar con personal bilingüe o sensibilizado que pueda atender de manera respetuosa y eficaz.
- Trabajar junto con las comunidades para difundir información sobre nutrición, derechos o salud desde un enfoque local y cercano.
Estas adaptaciones hacen una gran diferencia en la calidad de vida de las personas y fortalecen la confianza institucional.
¿Cómo pueden sumar las empresas al fortalecimiento de las comunidades mayas?
Las empresas que operan en Yucatán tienen un gran potencial para generar impactos positivos al establecer relaciones de respeto, colaboración y beneficio mutuo con las comunidades indígenas. Estas acciones fortalecen su responsabilidad social y contribuyen a un desarrollo más incluyente.
Integrar, escuchar y crear oportunidades
Antes de iniciar un proyecto en zonas con presencia indígena, es esencial conocer el contexto, integrar a las comunidades locales y abrir espacios de diálogo. Esta práctica ayuda a identificar necesidades reales y diseñar proyectos que se construyan desde la colaboración y la participación activa.
Esto puede incluir:
- Diálogos abiertos para conocer preocupaciones y aspiraciones locales.
- Diagnósticos participativos que identifiquen oportunidades para colaborar en mejoras comunitarias: desde un parador turístico que impulse el comercio local hasta capacitaciones en salud, prevención de violencia o educación financiera.
- Aportar infraestructura, empleos o apoyos sociales que sumen valor y desarrollo a la comunidad.
Inclusión laboral con enfoque intercultural
Ofrecer empleo a personas de comunidades mayas, respetando sus tiempos, costumbres y formas de vida, genera impacto positivo. Algunas buenas prácticas incluyen:
- Adaptar uniformes o códigos de vestimenta si la persona desea conservar su ropa tradicional.
- Brindar licencias para participar en celebraciones comunitarias importantes.
- Establecer rutas de crecimiento profesional con acompañamiento formativo.
Impulsar emprendimientos locales

Incorporar productos y servicios de origen comunitario en la cadena de valor de una empresa genera desarrollo local y fortalece la identidad de marca.
- Restaurantes y hoteles pueden abastecerse de miel melipona, tortillas hechas a mano, bordados o artesanías elaboradas en comisarías cercanas.
- Las empresas pueden colaborar brindando asesoría en empaque, etiquetado o estrategias de venta, para que estos productos lleguen a nuevos mercados.
Sensibilización del personal
Cuando el equipo de trabajo conoce y valora la cultura maya, se generan ambientes laborales más empáticos, colaborativos y diversos.
- Se pueden organizar cursos breves de lengua maya, charlas sobre historia local o convivencias en comunidades.
- Esta sensibilización también ayuda a evitar el uso de estereotipos o representaciones erróneas en campañas publicitarias, y promueve una comunicación respetuosa y auténtica.
Apoyar la educación y la cultura
Patrocinar actividades culturales, festividades tradicionales o becas educativas para jóvenes indígenas es una forma poderosa de retribuir a las comunidades.
- Financiar libros bilingües, festivales culturales o restauraciones de espacios comunitarios aporta valor simbólico y tangible.
- Las becas en áreas clave como agronomía, medicina o derecho pueden tener un efecto multiplicador al regresar ese conocimiento a las comunidades.
Yucatán es mucho más que un destino turístico o una zona en crecimiento económico. Es una tierra que respira historia, conocimiento y dignidad a través de sus comunidades mayas. Sumar desde el respeto, la escucha y la colaboración es esencial.
Tanto las instituciones como las empresas pueden aportar a la preservación de esta herencia viva mediante acciones concretas que reconozcan la diversidad, generen bienestar y construyan un futuro compartido.
Cuando el desarrollo se hace desde las raíces, florece para todas y todos. *